En el año 1992 Jefferson Pérez, maratonista Ecuatoriano declaro a la prensa
que se prepararía para las Olimpiadas de Atlanta de 1996 y que ganaría, esto provoco que muchas personas se
burlaran de él, se rieran y le dijeran que no lo lograría que su tamaño y
contextura no era la ideal. Jefferson entreno de manera continua y constante,
entreno dedicadamente y con ahínco, y luego cuando estuvo en Atlanta declaro:
No sé si voy a ganar pero para perder tendrán que matarme; así que empezó la
carrera y cuando faltaban menos de dos kilómetros iba corriendo con el mexicano
Miguel Ángel Rodríguez, ellos se miraron y en un momento hicieron algo jamás
visto en una maratón, se tomaron de las manos y se comprometieron a luchar
juntos por América; en ese momento daba igual la nacionalidad, los dos eran
latinos y marchaban juntos hacia la meta.
Pero faltando ya medio kilómetro se soltaron de las
manos se miraron y decidieron avanzar cada hacia la meta ganando el Ecuatoriano
la medalla de oro para sum país.
Esta historia nos quiere decir que siempre habrá
pirañas que se querrán comer tus sueños e ilusiones, se reirán de ti, se
burlaran, harán malos comentarios, te llenaran de críticas, pero tú solo debes
caso omiso, no escuches a las pirañas, solo avanza comprométete con tu sueño,
avanza decididamente, conquista paso a paso tus objetivos dala la vida por
alcanzar tus sueños y hacerlos realidad, piensa que lo estás haciendo, piensa
que lo logras y solo avanzaras, por más
que te digan que te ampollaras los pies, o que te picaran los mosquitos avanza, así como lo
hace el peregrino hasta llegar al altar.
Recuerda Jefferson Pérez, trabajo y lucho duro para
conseguir su medalla de oro, pero nadie le dio la confianza o la seguridad que
lo haría nadie apoyo su idea de ganar una medalla de oro olímpica, solo él lo
tenía pensado, solo él sabía que lo lograría, al llegar a la meta se desplomo, puede por cansancio, por
relajamiento muscular o por emoción, pero luego se levantó y disfruto con
alegría lo alcanzado.
Piensa en tu meta visualiza y acepta el precio a
pagar, que serán horas de estudio trabajo constante, esfuerzo, dedicación, optimismo,
perseverancia, no importa el cansancio, no importa el camino a tomar solo
importa la meta a conseguir, así que avanza y recuerda que solo el cielo es el límite.
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